El mundo de Chocolate

Erase una vez, una ciudad hecha entera de chocolate. Todo era de cosas dulces: las calles de

chocolate negro, las farolas bastones de caramelo, las personas muñecos de jenjibre, los rios

eran chocolate caliente. 

Hablaban un idioma llamado chocla. En esta ciudad vivía un alcalde llamado Willy Wonka. 

A Willy Wonka le gustaba mucho el chocolate y las películas de acción. Era muy majo con los niños.¡¡¡Le encantaban!!!

Un dia, la televisión anunció una ola de calor. La gente estaba nerviosa porque si la ola de calor llegaba todo se derretiría. Las calles, las casas, las farolas, ¡¡¡todo!!!

Willy Wonka estaba arruinado. Intentó reunir a toda su población para construir una nevera gigante.

Pero la gente no le creía que iban a hacer eso en tan poco tiempo y echaron la toalla. Pero Willy

Wonka no se rindió. Puso carteles por todas partes. Y la gente por fin le creyó.

 Pero, cuando todo parecía solucionado, tuvieron otro problema, que  no 

tenían la maquinaria suficiente para construir la nevera. Tenían que comprarla pero no poseían dinero

suficiente. Por suerte  la ciudad de al lado, Construlandia, disponían de la maquinaria necesaria.

 El alcalde intentó contactar con el dirigente de la ciudad. Pero tuvo mas problemas, no le iba el wifi.

Exigió una red de wifi rápidamente. Cuando contactó, le pidió maquinaria y personal. Por suerte el

alcalde de Construlandia era muy majo y dijo que sí.

Ahora, solo le quedaba construir la nevera y meter toda la ciudad en ella. Empezaron a construir. Los materiales con los que estaban construyendo eran el metal más fuerte del mundo. En tres horas concluyeron media parte y a las seis horas la terminaron. Era un tiempo récord. 

Tenían otro reto:  meter todo lo de la ciudad en la nevera. Tuvieron que utilizar 500 grúas. 

Cuando empezaron, se les cayó una casa al río. Por suerte no estaba habitada. La segunda también

se les cayó. Pero como dice el refrán “a la tercera va la vencida”. De la tercera adelante le pillaron

el truco. 

Al final metieron toda la ciudad  en el frigorífico y todos pasaron bien la ola de calor.

                             

                                  Fin